El primer día del resto de mi vida

24 de octubre del 2017

Hoy es un día cualquiera, aparentemente. Uno de esos días en los que te das cuenta de que el año 2017 está llegando a su fin y te decepcionas recordando tus pensamientos el pasado fin de año:

«Este será mi año. Tiene que serlo. Será sin año genial»

Y ves que se acaba y que ha sido un año pésimo. Y todo sigue igual.

Y de repente te das cuenta que hoy no es un día cualquiera. Hoy es el día en el que descubres que eres tú la única persona que puede cambiar esto. Que puedes hacer que el 2017 sea el mejor año de tu vida. El año de inflexión. El pistoletazo de salida para una nueva vida. Una mejor. Una más bonita. Una más feliz. Una que te haga sentir orgullosa de ti misma.

Hoy, 24/10/2017, es el primer día del resto de mi vida.

A. 

Lista incompleta

Propósitos de año nuevo: 

– Perder peso y nadar hasta verme bien conmigo misma

– cuando me vea bien conmigo misma ir a una tienda y comprarme el vestido que más me guste. El que más me guste de todos y no el menos malo de los que me entran.

– Encontrar el amor verdadero y no perderlo. Ese que haga que todo haya merecido la pena. Ese que me haga sentirme acompañada en mi felicidad.

No perderlo porque se quiera quedar conmigo, y no porque yo tenga que pelearlo contra viento y marea. Quiero que me eliges y elegirle. 

– Conocer nuevos amigos para ampliar mi círculo de amigos y no saturar tanto el actual. 

– Encontrar al menos una afición. Algo que me llene, ocupe mi tiempo libre y se me de bien. 

– Volver a viajar. Cerca o lejos, pero salir de lo conocido y disfrutarlo. 

– Sentirme bien en mi piel. No desear estar en otro sitio, o sencillamente no estar.

No es una lista completa

Próspero 2017, pajarillos.

A. 

Sólo entonces 

Un día te paras a pensar. Y te das cuenta de que hace mucho que dejaste de respirar profundamente. De sentir tu piel caliente por el sol. De escuchar las olas del mar. De acariciar la hierba. De reír hasta llorar. De llorar hasta reír. 

Te das cuenta de que has convertido tu vida en una película muda en blanco y negro.

Sólo entonces, cuando te des cuenta por ti misma de lo que pierdes por ser tu peor enemiga, estarás lista para luchar por ti.

A. 

En algún rincón 

Tengo la sensación de que algo muy bueno me debe que estar esperando en algún rincón de la ciudad. 

Sólo debo tener paciencia y esperar. 

Hasta entonces intentaré centrarme en lo bueno que tengo 🙂 

Gracias a todos por vuestros comentarios de apoyo. 

Os pido una ayuda más: ¿Sobre qué os gustaría que tratara mis próximos post? Necesito inspiración 🙂 

A. 
 

El último tren

¿Alguna vez se te ha ido el tren justo cuando llegabas al andén? Odio esa sensación.

El tener que esperar sentada durante media hora en las incómodas vías donde generalmente hace calor/frío y la mayoría de las veces no hay ni donde sentarse.

Pasas 30 minutos pensando ¿Por qué no corriste un poco más? ¿Por qué no pudiste salir un minuto antes?

Pues tengo esa misma sensación con mi vida. Siento que se me escapa el tren de la felicidad en mis morros cada poco tiempo. Y me tengo que quedar sentada incómoda esperando a que llegue el siguiente. Pero la vida es aún más agobiante porque no hay horarios.

No sabes cuantos minutos, días, meses o años debes esperar. No sabes cuándo llegará el siguiente.

Y así voy. Perdiendo un tren tras otro en el último minuto. Sumando errores, acumulando desesperación que encima provoca malas decisiones. Malgastando lágrimas que me queman la piel causadas por gente a la que regalé sonrisas.

El otro día hablaba de la esperanza.

Para mí esperanza ahora mismo es levantarme cada mañana y seguir con mi rutina deseando que esta vez no se me escape el próximo tren.

A.

La princesa de los ojos tristes

Llevas toda la vida sufriendo. Has hecho de tu ropa tu uniforme de guerra. 

Te pintas los labios de rojo para enmarcar esa sonrisa que tanto has practicado y que ya casi te sale natural. 

Has llegado a creer que no todo el mundo a nacido con la capacidad para ser feliz. Que hay personas que nunca llegarán a ser felices, como un ciego no puede ver, ni un sordo escuchar. 

Gastas bromas, te muestras amistosa y alegre. Nadie diría que bajo esa fachada hay una niña solitaria, muerta de miedo y llena de cicatrices. 

El amor te trajo lo mejor que has tenido y te quitó lo poco que habías logrado cosechar en estos años de vida: la dignidad, la sonrisa y unas migajas de autoestima. 

Crees que ya no puedes llorar. Que deberías haberte quedado seca después de tantos años de castigo. Pero la realidad es que cuando llega la noche no puedes evitarlo y vuelves a ser la niña que se autoproclamó La princesa de los ojos tristes. 

Ya no sabes por qué lloras. Tal vez por nada. Tal vez por todo. Hay mucho donde elegir. 

Tu historia debería estar guardada en una biblioteca de suelos de madera vieja y repleto de pasillos con libros abandonados y polvorientos. 

Al fin y al cabo es la historia de una princesa. Pero no de una princesa cualquiera. 

La vida te ha tratado mal. Aunque creas que es incorrecto decirlo tu misma: «no, no lo merecías». 

Pero has llegado hasta aquí y ya no puedes tirar la toalla. No puedes decepcionar a la niña que sobrevivió a los golpes de quienes debían protegerla. A la adolescente solitaria que se saltaba etapas y observaba en el resto lo que ella nunca viviría. Y a la joven que fue abandonada por quienes prometieron amarla y cuidarla por siempre. 

Pero tu historia no puede acabar aquí. Debe haber un final feliz para ti, princesa.

Así que mañana ponte tu ropa de batalla, pinta tus pintalabios de rojo una vez más y no olvides bajar el escudo llegado el momento. 

Aún es pronto para buscarle hueco a tu libro entre los viejos estantes. 

Aún hay que escribir el tomo más importante de todos. 

Feliz vida, princesa. Te la has ganado. 

A.  

 

A mi sobrina

Dentro de poco cumplirás dos años y en este momento tu única preocupación es convencer a alguien para que te ponga un capítulo más de Peppa Pig. 

Te faltan años para aprender a leer. Y muchos más para comprender y llegar a necesitar cualquier consejo que yo pueda darte ahora mismo. 

Todo pinta a que de mí no heredarás ninguna fortuna. 

Pero si puedo dejarte un pequeño legado. Mis experiencias. Pueden servirte para tomar mejores decisiones que las mías, hasta que puedas guiarte por tus propias experiencias. 

Mis consejos son los siguientes: 

Cuando se acerque un momento en tu vida que te provoque inquietud o incluso miedo, piensa que pasará. Ponte como meta el día siguiente, cuando todo haya acabado. Focalizate en llegar a ese día de alivio y no en el día anterior del pánico. 

No te frustres por lo que no llega. Todo llega cuando menos te lo esperas. Relájate y deja que la vida fluya. No existen timings aquí. 

Eres lista y con los años acabarás por conocerte bien. Lo bueno y lo malo. No te machaques con lo malo. Debe haber malo para apreciar lo bueno. Potencia lo que más te guste e intenta controlar lo malo. Si puedes cambiarlo bien, y si no puedes no te agobies. Quien te merezca sabrá poner en la balanza y se quedará contigo. Selección natural, pequeña 🙂 

Busca un trabajo que te haga feliz, aunque no lo hará siempre. Habrá momentos en que quieras prender fuego al despacho del jefe. No te decepciones. Es normal. Esos días una bañera con espuma y un libro son lo mejor para mí. Ya encontrarás lo que te calme a ti. 

Si sacas el carácter de la familia… Sé observadora y sé lista. Cuando uno mismo se descontrola no se da cuenta. Observa a tu gente. Mira cómo se encienden por una discusión tonta decide si es lo que quieres para ti. Si es que no (ojalá) intenta alejarte y pensar antes de decir cosas de las que a los 10 min te arrepientas. Por muchas gomas que te compre el pasado no se puede borrar. Te lo digo yo que lo he intentado hasta en 3 ocasiones. 

El mismo consejo te vale para cuando salgas de firsta. Hazlo, diviértete, conoce gente, ríe, baila… Y observa. Yo no bebo en exceso, a mis 27 años jamás me he emborrachado. Y nunca he consumido drogas. ¿Una sosa? Me he criado en un pueblo famoso por su fiesta noctura. He salido. He visto de todo. He visto a gente hacer cosas que en plenas facultades jamás harían. A gente muy cercana. Yo no quería caer en lo mismo. Eso me ha motivado a actuar así. Fue mi decisión. Observa a tu alrrededor y toma tú la tuya.

El amor será lo que más te haga sufrir. Aunque lo creas imposible, todo se pasa y cosas mejores llegan.  Aunque te caigas y creas que el mundo se hunde, piensa que la historia está repleta de poemas y libros sobre el desamor. La gente lleva siglos sintiendo lo que vives ahora y se sale. 

El amor no se busca. Él te encontrará cuando menos te lo esperes. Y las relaciones se construyen. Con tiempo, cariño, confianza, paciencia y con ganas, muchas ganas. 

Espero que vivas una vida maravillosa. Que tengas suerte. Que seas lista y no te falte la motivación. Sé feliz.  

Feliz vida, 

Tu tía que te quiere, 

A. 

Mi rincón en el mundo

Creo que he encontrado un rincón en mi nuevo mundo.

Un lugar donde escribir y tal vez incluso leer. Antes era adicta a la lectura y llevo 5 meses sin pasar de página. 

Es en las escaleras que dan a un parque, frente un lago. Está en el centro de la ciudad. Se escuchan coches, pero es lo más cercano a la naturaleza que hay por aquí. 

Hoy he decidido dos cosas. 

1) que soy una egoísta. Basta ya de lamentarse. Voy por el parque y desvío la mirada rota de dolor al ver a una pareja. Eso es egoísmo. Porque no soy ni la primera ni la última en sentir este dolor. Hay canciones y poemas para aburrir hablando de esto. Y en algún momento yo tuve pareja y me besé en un sitio público y alguien con el corazón roto sufrió al vernos. 

Así que basta ya. 

¿Qué me agobia tanto? ¿Ir fuera de timing? !¿Qué timing?! Ese que ha impuesto la sociedad. Unos años para conoceros, otros para casaros, otros para tener hijos… Si quisiera podría ser madre de aquí a 9 meses y se acabó el agobio. La sociedad marca el timing de lo que es normal.  

La misma que no considera normal que unos padres apalucen a sus hijos y pasa. Los mismos que diceb que la belleza está en el interior y te machacan si te sobra peso. 

Esa sociedad es la que estoy dejando que maneje mi vida, mis noches y mis pesadillas.

Basta ya.

Esto me lleva al segundo punto:

2) Cambio radical en mi vida. Puedo vivir sola. Puedo y debo ser capaz de quererme, de vivir conmigo sin aditivos. De ser feliz aunque no haya nadie a mi lado. 

Nuevas normas básicas en mi vida:

  • Arréglate cada mañana como si fueras a toparte con tu ex. A veces sentirte bien por fuera te da ese plus de confianza que a ratos nos falta. 
  • Encuentra un refugio para reflexionar y recargar pilas. Un sitio al que huir, desaparecer y encontrarte. Ya lo tengo 🙂
  • Al salir del trabajo nada de ir directa a casa. A pasear primero.  
  • Vuelta a la lectura. Si necesitas dejar ese libro y empezar otro pues vale. Pero vuelta a la lectura. Poco a poco volverás a ser la misma. Y ella siempre te rescata en los peores momentos y potencia los mejores. 
  • Paciencia. Lo que tenga que llegar llegará. Estáte abierta pero sin obsesionarse. Receptiva pero sin buscar a lo loco. 
  • Madura. Aprende. Y la próxima vez será mejor. 
  • Mira a las otras parejas sin desviar la mirada. Con media sonrisa. Porque un día esa fuiste tú. Y algún día volverás a serlo. 

Hay muchos puntos más pero anochece y empiezo a tener frío.  

Si alguien me hubiera dicho hace 3años que tan poco tiempo después habría tenido 2 parejas, vivido todas estas experiencias, que estaría independizada y con un puesto de responsabilidad, no me lo habría creído. 

Es hora de valorar lo bueno que tengo y relajarme un poco.  Sola no es lo ideal para mí, pero se puede estar. Y depende de con quien… Mejor sola 🙂

A. 





P.D: la foto está hecha por mí xD 

Segundas oportunidades

Has hecho que aprenda mucho.

De ti. De mí. Porque los demás no sólo nos enseñan sobre ellos. También nos enseñan cosas sobre nosotros mismos.

Siempre he sido camaleónica. Me defiendo en cualquier situación. O eso creía. Hasta que te conocí.

Contigo y con los tuyos me costaba. Porque sentía mucha presión. Presión que me ponía yo misma. Sentía que me jugaba tanto.

Me presioné tanto que al final lo perdí todo. Te perdí a ti, que en ese momento eras gran parte de mi todo.

Primer error.

Soy publicista y sé que una cuenta no puede aportarte más del 20% de tus beneficios porque si la pierdes estás jodido.

Lo mismo con la vida.

Tu pareja no puede ser tu todo porque si la pierdes estás jodida.

Y yo me quedé jodida.

Pero tuve suerte. A veces me cuesta verlo, tengo bajones, pero debo admitir que tuve suerte.

A las pocas semanas encontré trabajo, me independicé, colegas que pasaron a ser amigos me presentaron a otras personas… Y poco a poco fui recuperando mi vida social.

Esa que perdí hace tiempo. Ya no recuerdo ni cuándo. ¿Fue en abril cuando me quede sin trabajo? ¿Fue antes?

Ya no lo sé. Ni me importa. Me importa solucionarlo. No volver a esa situación.

Creo que es cierto que cada persona importante en tu vida te aporta algo, te cambia.

¿Cuántas veces he pedido otra oportunidad con la convicción real de que funcionaría? 2.

Creo que toca pedir una segunda oportunidad, pero esta vez a mí misma.

Quiero darme una oportunidad más.

Y si fallo me daré otra.

Y otra.

No puedo hacer que los demás confíen en mí. Me crean.

Pero sí está en mi mano creer en mí.

Y es lo que pienso hacer a partir de ahora.

A.

P.D: gracias por leerme y por vuestros comentarios. No os conozco pero con vuestros consejos me cambiáis. A mejor 🙂

IMG_0508