¿Instinto o cabeza?

¿Y si no fuera mala suerte?

¿Y si el problema fuera que de manera inconsciente algunos nos sentimos atraídos por personas que no nos cuidan como deberían? Que son esas personas las que nos atraen. Esa personalidad que nos atrae como un imán pero a la larga nos destroza porque necesitamos más.

¿Alguna vez os ha gustado alguien que dedica a ti la atención justa para tenerte ahí pendiente?

Y entonces aparece alguien que te cuida, te mima, se preocupa por ti… Y no sientes lo que deberías.

¿Estoy estropeada?

¿Me va a ir mal siempre porque siempre me va a gustar el chico con carácter raro?

¿Sería más feliz si me quedara con el bueno aunque no sienta lo que debería?

Quiero esa chispa.

Una vez mi ex me dijo que al conocerme sintió que por fin había llegado la primavera.

Tiempo después entendí esas palabras.

Estoy deseando que llegue la primavera para mí. Pero… ¿Por dónde vendrá?

¿El bando bueno o el malo?

¿Instinto o cabeza?

A.

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Esa es mi chica

Siempre me ha importado lo que los demás decían de mí.

En el trato soy amable, abierta y si tengo el día inspirado te puedes reír mucho conmigo.

Tal vez el hecho de que generalmente caiga bien hace que me cueste aceptar el rechazo. El caso es que, de manera consciente o inconsciente, a veces busco el reconocimiento de los demás.

Y en esta sociedad deberíamos acostumbrarnos (por desgracia) a que cuando lo haces mal se te dice, pero cuando lo haces bien no se te reconoce la labor, porque es lo que debías hacer y punto.

Hace poco leí una frase en Pinterest que me hizo sonreír y plantearme un cambio de actitud.

Podría decirse que es «un truco» para ser feliz, que lo malo te afecte menos y vayas por la vida dando brincos y con la cabeza bien alta dándote igual si la gente te reconoce tu esfuerzo o no.

Mi truco es el siguiente:

Piensa en alguien que te importe mucho, alguien a quien quieras con locura y que ya no esté.

En mi caso mi abuelo.

E imagino que desde alguna parte me está mirando, está sonriendo y está pensando «esa es mi chica»

No soy creyente. No creo que esté en ninguna parte más que en mis recuerdos y en mi corazón. Y «esa es mi chica» tampoco es una frase que formara parte de su vocabulario.

Pero en mi mente todo es posible. E imaginar esa escena me conmueve y a la vez me hace sonreír y me motiva.

Así que yayo, sí, esta es tu chica. Y voy a vivir mi vida de manera que no pares de sonreír allá donde estés (en mi mente). Y ¿sabes cuál es esa manera de vivirla?

A mi manera.

Empiezo hoy.

A.

P.D: echo de menos tus bocadillos de tortilla. Te quiero.

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Reflexiones de una soñadora

Ya no soy la misma desde que experimenté el amor. El amar y sentirme amada.

Es como si algo hubiese entrado dentro de mí y envolviese cada centímetro de mi cuerpo. Forma parte de mí.

Y el mundo me dice (y yo también lo sé) que debo aprender a vivir sin esa persona. Y me esfuerzo por hacerlo. Pero me topo con un muro porque forma parte de mí. De mi mente, de mi cuerpo, de mis recuerdos. Y no se puede vivir sin uno mismo. ¿O sí?

Por eso, cuando mi mente se relaja y se deja llevar sin ataduras, esa doble piel toma el control.

Y por eso apareces en mis sueños.

Y yo no puedo vivir sin soñar. Quítame todo lo demás.

Pero eso no.

A.

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Basta ya de quejas

Y de repente pasa algo gordo de verdad y te das cuenta de que llevas siglos quejándote por chorradas.

Una ruptura

¿Y qué? Si ya no está aquí es que no era él. Ya vendrá otro mejor para ti. Hay mucha gente muy válida por ahí. Si te mueves le encontrarás. La vida sólo te está diciendo: espera un poco más.
Y si nunca aparece… ¿Y qué? En el proceso habrás vivido mil historias, un saco de recuerdos a tus espaldas. Momentos felices, momentos mágicos, mucho aprendizaje… No tendrás el final que Disney nos metió en la cabeza. Pero sí muchos principios que al recordarlos, con el tiempo, te harán sonreír.
Y por suerte vivimos en una sociedad en la que no tener pareja no es sinónimo de no tener familia. Puedes ser madre si quieres. Puedes hacer lo que quieras con tu vida. Tú eliges. Eres libre y te tienes a ti misma. No se necesita más que un cuerpo sano y una mente motivada.

Trabajo

Estamos en un momento complicado. Los políticos dicen que estamos mejor pero el que busca trabajo no siente más que frustración y cabreo ante esas estadísticas. Porque habrá gente que haya encontrado (como yo). Pero siguen habiendo muchos que no. Sigue habiendo gente que se tiene que ir fuera (varios amigos míos, y eso me cabrea). Y pongo la mano en el fuego a que muchas de esas personas que mejoran las estadísticas son personas que cansados de no encontrar de lo suyo se han puesto a trabajar de otras cosas.
Con esto quiero decir que sí, es jodido. Tantos procesos de selección decepcionantes, tantos CV enviados para nada, tanto tiempo libre que cubrir, esa sensación de inactividad, de estancamiento… Pero es una etapa. Y toda etapa tiene su fin. Acabará antes o después, pero acabará. Está claro que no va a durar para siempre. ¿De verdad creemos que esas personas no van a trabajar ni un día más en los próximos 15-20 años? No. Llegará. Hay que pensar que es una etapa más. Que al final del camino lleno de baches hay una puerta y que no sabemos lo largo que es el camino pero llegaremos. La puerta está ahí y de ahí no se va a mover. Nosotros nos movemos hacia ella y no sé cuántos días faltan pero seguro que uno menos que ayer.

Familia

Os aseguro que en familias complicadas tengo un master. Y las peores experiencias las he vivido con mi familia o pareja. Pero las mejores también han sido junto a ellos. ¿Compensa? Algunas cosas sí y otras no. Pero sí os reconozco algo. Cuando todo falla el abrazo más reconfortante es el de tu familia o pareja. Esos puntúan doble.

Os digo esto porque esta semana he comprendido que nada importa si tenemos lo básico: salud.

Si tenemos un cuerpo sano y que aguante podemos llegar lejos. Y si vamos lejos por el camino ya nos iremos encontrando todo eso que ansiamos y que tantos dolores de cabeza nos da.

Lo importante eres tú. Eres quien te va a acompañar toda la vida. Cuídate.

A.

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