La vida; un juego sin árbitro

Esto puede sonar fatal, pero creo que he sido la hija que cualquier padre habría querido tener.

Nunca me he metido en problemas. No he dado disgustos. No me he escapado, drogado, no me han expulsado de clase, no me he peleado con nadie, salía poco o nada. Siempre volvía a la hora acordada. Nunca me he emborrachado. No les he dejado en evidencia delante de sus amigos.

Siempre he actuado bien.

He tenido un comportamiento correcto siempre. Lo que los profesores dirían un comportamiento ejemplar.

¿Y dónde me ha llevado eso?

¿Sinceramente? No muy lejos.

Concretamente a pasar mi adolescencia y juventud sentada en el sofá junto a mis padres viendo la tele.

Y ahora mi muro de Facebook se llena de post de compañeras de clase que no se comportaban tan bien y ahora se han casado, o lo van a hacer, o tienen hijos… Llenan mi facebook de fotos felices de viajes en pareja, de sonrisas, de caras de orgullo, de frases de felicidad…

¿Para qué me ha servido tanta corrección?

¿Dónde ha quedado eso de «haz las cosas bien y tendrás tu recompensa. No mires q los que lo hacen mal porque al final saldrán perdiendo»?

¿Lo peor de todo sabéis que es?
Que aunque quisiera ya no podría hacer las cosas diferente. No puedo soltarme la melena. Ya no sé cómo se hace. Cuando lo intento la cago fijo.

La vida es como un juego. Y hay estrategias. Yo erré en la mía. El que juega limpio llega el último si no lo pillan a los otros. Y en este juego nunca hubo árbitro. Ahora lo veo claro.

Yo merecía más. Joder que si lo merecía.

A.

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4 pensamientos en “La vida; un juego sin árbitro

  1. Yo he pasado mi adolescencia como tú, y a veces me hago las mismas preguntas, si alguna vez tendré una recompensa. Por el momento, no la tengo. Pero creo que ambas nos podemos sentir a gusto porque, como dices, hemos hecho las cosas bien, y lo más importante en la vida, por encima del éxito, es poder mirarse a la cara en el espejo y dormir a gusto por la noche pensando que tenemos la conciencia tranquila. Tal vez esas personas de las que hablas aparentemente hayan conseguido más cosas, pero tal vez haya sido a costa de su integridad moral o haciendo daño a otras personas, eso nadie lo sabe. Mientras nos sintamos en paz con nuestras acciones, es señal de que nuestra vida va bien y de que algún día llegaremos a alguna conclusión con todo ello 🙂

    • A veces pienso que no me vale con la tranquilidad de irme a dormir pensando que actué correctamente. Quiero que cuando vaya a dormir me encuentre en la cama a mi lado a alguien que me quiera por quien soy y por como soy. Que también valore el esfuerzo que he hecho. Que me valore a mí. Tal vez pienses que no me valgo por mí misma. Creo que no es eso. Creo que como persona independiente elijo vivir el resto de mi vida de forma compartida con alguien que quiera. Y empiezo a ver eso cada vez más lejos y me frustra ver que otras personas lo consiguen cuando se lo han currado menos. Aquí la ley del esfuerzo no cuenta. Pensé que sí pero no funciona así…

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